El colectivo Overweight Haters Ltd., ‘odiadores del sobrepeso’ en inglés, está inundando el metro de Londres con mensajes ofensivos para las personas que sufren sobrepeso.
«No es tu metabolismo. Es tu glotonería» es uno de los muchos textos con los que el colectivo está intentando «motivar» a los viajeros para que adelgacen.
Existen estudios que demuestran que a las personas que sufren discriminación por su sobrepeso les resulta mucho más difícil adelgazar.
Kate Florish, trabajadora del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, fue la primera en dar la señal la alarma al compartir en twitter una tarjeta que un desconocido le dio en el metro. En el frontal se leía la palabra ‘Gordo’, en el reverso el siguiente mensaje:
@kflorish pic.twitter.com/gBIvj69WQ1
— Kara Florish (@kflorish) noviembre 28, 2015
Motivar a una persona poniendo en evidencia sus defectos no funciona
Estigmatizar a alguien por su sobrepeso – porque interpretamos que ésa es la intención de Overweight Haters Ltd. – y minar su autoestima no va a conseguir que se motive para adelgazar. Todo lo contrario. Así lo demuestra un estudio que se realizó el año pasado en el Reino Unido y que analizó la evolución del peso de 3.000 personas durante 4 años. Los resultados hablan por sí solos: aquellos que habían sufrido discriminación por su obesidad ganaron más kilos, 0,95kg, que aquellos que no la padecieron y que consiguieron adelgazar 0,7kg.
Rebecca Puhl, autora de otro informe que defendía la misma tesis, afirmaba: «Las campañas más efectivas son aquellas que se centran en alentar comportamientos específicos saludables como comer frutas y verduras todos los días o fomentar la práctica de deporte. Las que mejores resultados dieron fueron las que no mencionaban la palabra ‘obesidad’ o ‘sobrepeso’ en ningún momento«.
La estigmatización como intento de motivación no es algo nuevo
Hace dos años, el biólogo Daniel Callahan publicó un artículo en el que recomendaba la estigmatización como solución para combatir la obesidad y el sedentarismo. «Como fumador, fui primero criticado por mi hábito desagradable, después me prohibieron fumar en sitios cerrados y por último, los impuestos al tabaco aumentaron de forma exponencial. Hacer que sintiera vergüenza y marginarme socialmente fue una manera bastante persuasiva de convencerme para que dejase de fumar, ¿por qué la obesidad iba a ser distinto que dejar de fumar?»
Lo que Daniel Callahan obvió es que se ha demostrado mil veces que el refuerzo positivo es la mejor manera de modificar nuestros hábitos. Es mucho más efectivo repetirte a ti mismo «voy a comer fruta de postre» que no «no voy a comer tarta». Si empiezas a practicar ejercicio, ignora lo que te ha costado o tu mala forma física y céntrate en lo positivo: por fin has conseguido levantarte del sofá.