Pau Donés (Jarabe de palo): «No voy a permitir que el cáncer me cambie la vida»

pau dones cáncer

Pau Donés, Jarabe de Palo, no ha dejado que el cáncer de colon le impida celebrar su 20 aniversario encima de los escenarios.

Mientras visibiliza y normaliza la enfermedad los mejores teatros de España están siendo testigo de una gira muy especial.

En esta entrevista nos habla de su reencuentro con La Flaca, su experiencia en una ONG y de cómo no ha permitido que el cáncer cambie su vida.

Asegura que se ha forjado “a base de fracasos” pero en su curriculum asoman éxitos maravillosos. El primero, vivir haciendo lo que le gusta, y hacerlo bien, porque Jarabe de Palo cumple 20 años en lo alto del panorama musical. El segundo, plantar cara al cáncer de colon con el tratamiento y también con su actitud ante la enfermedad visibilizándola y normalizándose. Disléxico e hiperactivo, la música fue su mejor terapia en la infancia. Ahora son las canciones las que también le empujan a vivir si cabe con mayor intensidad. Gira y conciertos se mezclan a ritmo frenético entre quimio y quimio. Las charlas y risas de fondo hacen de banda sonora para el inicio de la entrevista: “¡Ya estamos en ruta, con un buen rollo que no veas!”.

P: ¡Vaya ambiente que tenéis!

R: Salir de gira es eso. Y ahora nos estamos riendo, así que mejor no podemos empezar. De momento estamos muy contentos, tenemos 20 conciertos en toda España. Todos en teatros muy molones. Hay muchos en los que está todo vendido. Y además venimos de Estados Unidos, donde testamos el espectáculo, porque en esta ocasión es algo distinto. Ya no es con toda la banda, es interpretar las canciones con un aire más acústico, más como vinieron al mundo, con piano, violoncelo… La verdad es que no sabíamos que iba a pasar y ¡ha encantado! así que todo pinta muy bien.

P: Cantas canciones de toda la vida, pero digamos que suenan diferente. Ahora son más melancólicas, menos gamberras, incluso algo más tristes. ¿Qué es lo que ha cambiado?

R: Creo que es una cuestión de gozo artístico. Es decir, tenemos canciones que conoce muchísima gente, que están ya dentro de su imaginario, y nos hemos dicho ¡vamos a darles una vuelta!. ¿Por qué no? Yo cumplo 50 años, Jarabe de Palo cumple 20 y queríamos hacer un proyecto de celebración, que pudiera soportar algo distino, que alguien como tú me pudiera decir lo que me has dicho. Volvemos primero con un disco.

Es un disco pensado sobre todo en el directo. Queremos volver a estar cerca de la gente, haciendo algo un tanto más emotivo y no un concierto de rock latino a todo gas, como venimos haciendo en estos últimos 20 años. Vale, ¿y qué le podemos añadir a todo eso? Pues un libro. Yo cumplo 50 años y tengo un montón de cosas que compartir con la gente y las he metido en un libro, que trae muchísimas curiosidades.

pau donés

P: Sacar un disco de versiones, escribir un libro… Suena a crisis de los 50.

R: ¡Qué va! Para nada. Yo tuve una crisis el día que se murió mi madre, pero fue una crisis muy puntual y momentánea. Me pregunté qué había pasado, pero tiré para adelante y dije “¡al ataque! la vida son cuatro días y pasan volando”. Luego tuve otra crisis el día que nació mi hija. Me la pusieron en las manos y dije “ostras, ¿ahora que hago yo con esto?” Y resulta que ahora soy el tío más feliz del mundo por tenerla. Y el tercero de los momentos importantes de estos 50 años, el cáncer, tampoco me ha cambiado la vida. Yo sigo viviendo a mi manera como llevo haciéndolo durante tantos años.

P: Conciertos de ciudad en ciudad casi a diario, entrevistas, promociones… y entre medias las sesiones de quimioterapia. ¿Cómo aguantas este ritmo?

R: En realidad, lo que realmente es cansino en una gira, lo que te fastidia la salud, es lo que pasa después de los conciertos. A nosotros nos gusta el rock and roll y al acabar el concierto salimos, nos vamos de copas… Así que si tocas 100 veces al año, hay 100 días que te vas de fiesta, pero si no lo haces, las giras son totalmente soportables. Es como un niño al que le gustan las atracciones y le mandas a Disneylandia. ¿Cómo no le va a gustar? Con la quimio hay días que estás más flojo, otros peor, pero en general se puede sobrellevar. Es verdad que hay veces que no, ¿eh? Hay gente a la que la quimio le afecta mucho y no puede hacer vida normal. ¿Sabes lo que pasa? Que yo he tenido dos opciones: o subirme al ring o no subirme. Y entonces dices: “¡Ostras! Si las cosas fueran mal -que no van a ir, ¿eh? Que va a ir todo genial-, nunca me habría perdonado el haberme perdido este año”. Durante mucho tiempo sólo escuchaba mi mente y como era hiperactivo, pues hacía de todo sin cuidarme como debería. Pero ahora no, ahora he aprendido a escuchar a mi cuerpo, porque es lo que tengo que hacer, y me encuentro muy bien así.

P: Te has pasado la vida escribiendo canciones de amor, pero tu último tema ‘Humo’, es un canto a su verdadero amor , que es la vida. Y se ve que tú a la vida la quieres con locura…

R: Pues sí, ‘Humo’ es una canción de amor que la escribí un día en el que sentí que mi gran amor se iba. Es lo mismo que en su día sentí con ‘La flaca’, o con la persona por la que escribí Agua o la de ‘El lado oscuro’. Pero en ese momento sentía que lo que se me escapaba era la vida y tuve la necesidad de escribir una canción para que se quedara. Y mira, ¡se ha quedado!

P: Pero tú no estás esperando la hora, como dice en la canción.

R: Exacto. Es verdad que la letra dice que “sólo me queda esperar a que llegue la hora” (cantando). Puede ser que me quedara con esa frase, pero no es algo en lo que pienso ni cinco minutos al día. A mí lo que me interesa, mi presente, sobre todo es el vivir. No pienso en lo que me pueda pasar ni en lo que me pueda quedar. Entre otras cosas porque es muy probable que me quede muchísimo.

P: Durante estos 50 años has vivido de todo: cosas buenas y cosas malas. Acumulas centenares de anécdotas, como si en vez de una vida hubiera vivido varias.

R: Pues sí. He vivido muchísimas experiencias. Seguramente habrá gente a la que mi vida no le parezca interesante, pero a mí me ha encantado porque siempre he hecho lo que he querido. Nunca he debido nada a nadie y me siento orgulloso de ello.

P: Con ‘Depende’ hiciste un alegato a la relatividad de las cosas. Todo puede ser mejor, pero también puede ser peor. Y aquí siempre mencionas tu experiencia en Mali, a donde viajaste invitado por una ONG. ¿Cuál fue la mayor lección que te llevaste de todo aquello?

R: Aquello fue una lección de vida. Si en algún momento te sientes un desgraciado porque te ha dejado la novia o te han echado del trabajo, recomiendo que te vayas a Mali. Ahí se te va a quitar la tontería. Y volviendo al tema de mi cáncer, cuando me lo diagnosticaron podría haber pensado “¿Y por qué narices me ha tocado a mí?”. Pues resulta que yo tengo infinitas más posibilidades de vivir con lo que tengo que no un tío que en este preciso momento esté viviendo en Bamako seguramente perfecto de salud. Como esta noche este chico pille el dengue, le quedan cuatro días. Con eso creo que te lo digo todo.

P: Madre no hay más que una y la tuya se quitó la vida cuando eras muy joven. ¿Qué es lo que más has echado en falta durante todo este tiempo?

R: A ella. A ella a tope. Saber que mañana voy a subir un escenario y llenar un teatro y pasado estar en otro punto de España… y ver que no está ahí. La echaré de menos, porque ahí tenía que estar mi madre. Pero ella también me dio una estabilidad tremenda. Y si realmente ahora soy lo que soy es por ella. Por su cariño y por todo el aprendizaje que trajo su marcha. De hecho la canción que compuse para ella, ‘Mama’, es una canción que habla de vida. Así como ‘Humo’ es una canción más dura, ‘Mama’ es un canto a la vida total.

P: ¿Llevas la cuenta de cuantas novias y ligues has tenido en su vida?

R: Qué va, qué va (risas). Los capullos a los que les gusta vacilar y dicen que han tenido 500 novias, normalmente lo que suele pasar es que o ha tenido pocas o les ha ido muy mal con ellas. A mí nunca se me ha ocurrido contar estas cosas. Lo que sí me ha interesado ha sido no cuantificar la cantidad, sino la calidad del asunto y la verdad es que yo he tenido mucha suerte y he estado acompañado de mujeres estupendas.

P: En tu libro hablas de los “angelitos”, que son personas que tenemos ahí, a las que podemos no ver en mucho tiempo pero sabemos que nunca nos van a hacer daño, que cuando estemos con ellas siempre seremos felices. ¿Tienes muchos “angelitos” en su vida?

R: No muchos pero sí los tengo. Sobre todo ese concepto habla de las relación de amor entre hombre y mujer. Yo cuento lo de los “angelitos” porque a mí me funciona eso. Yo a mis “angelitos” les quiero muchísimo y ellas a mí, y cuando estamos juntos lo pasamos muy bien. Solo les muestro mi parte buena y cuando sale la chunga me doy contra una pared. Y eso es lo que hace que tenga amores muy duraderos, en los que no sé en qué porcentaje hay amor, cariño, atracción… pero donde el resultado es estupendo: de relaciones sinceras, sin vínculos de posesión. No hay celos extraños ni verdades a medias. A mí este tipo de relaciones no me interesan. Yo, o me relaciono de verdad no no me relaciono. La hipocresía en las relaciones personales no me mola nada.

P: Desde luego se ve que eres de los que no se callan. Y de hecho, una de las cosas que criticas públicamente es que en la relación de pareja nos cueste decir las cosas tal y como las pensamos.

R: Sí, y es algo que nos pasa sobre todo a los tíos. Somos mucho más cobardes para todo, incluso para mostrar nuestros sentimientos, somos menos cariñosos, decimos menos “te quiero”, y además no sabemos dar la cara.

P: Pero dijiste abiertamente “te quiero” a una mulata que te robó el corazón en un viaje a Cuba. Pasados 23 años, ¿has vuelto a saber algo de aquella ‘Flaca’? ¿Cómo le fue la vida?

R: Pues la ví ¡por fin! el otro día en una foto en Orlando, durante la primera parte de la gira que hicimos por Estados Unidos. Me encontré con un músico con el que compartí mesa y me dijo que tenía una foto de La Flaca. Y yo dije “Ufff, venga otra más, de las miles que ya he visto”. Y de repente… ¡era ella! Después de 20 años. Estaba igual. Tenía los mismos ojos tremendos, pero eso sí, había engordado un montón. Se casó con un italiano y estaba viviendo en Milán, y su idea era volverse para Cuba.

P: ¿Ha descubierto ya Pau Donés la respuesta a si la realidad es verdad o es un sueño?

R: Espero que haya de las dos cosas. La cuestión es vivir la realidad como si fuera un sueño y vivir los sueños como si fueran reales. A mí me encanta tener un sueño chulo y despertarme y acordarme de lo que he soñado, no así con las pesadillas. Y al revés lo mismo, ¡vivamos la vida como nos gustaría que fuera! Como si fuera un sueño al fin y al cabo. Los sueños los hacemos a nuestra medida. ¿Por qué la vida no?

P: Te declaras “un trasto de mucho cuidado”, eres muy autocrítico -aunque lo haces con mucha gracia-, y aseguras que le gusta fracasar. Esto último nos lo tienes que explicar…

R: Bueno, gustarme gustarme… no. En una entrevista salió un titular en el que supuestamente yo decía que el cáncer me había hecho feliz. Y no es así. El cáncer lo que me ha hecho es volver a casa y retomar una vida más normal, más cotidiana que me ha reportado muchos momentos de felicidad, pero son momentos puntuales.

Respecto al fracaso, evidentemente a nadie le gusta fracasar, pero es verdad que haciendo volviendo la vista atrás, mi vida se ha ido forjando a base de fracasos, y de los fracasos siempre acabas aprendiendo cosas buenas. Y ¡qué narices! no me importa reconocer que soy un fracasado. No pasa nada por hacerlo. Es más, vivimos en una sociedad en la que el fracaso está muy mal visto y cuando fracasas la sociedad te excluye. A mí seguramente me excluyó, pero mira, gracias a eso me he podido dedicar a la música, que es lo que de verdad me gusta, y me lo he pasado muy bien.

P: Eres una persona muy independiente, pero todo tiene un precio. ¿A qué has tenido que renunciar por alcanzar tu libertad?

R: Mmmm… Vale te digo una: a la familia. Bueno, no a la familia, porque yo tengo una familia increíble. Tengo una hija maravillosa, la madre de mi hija es maravillosa también aunque no viva con ella, mis hermanos, etc. Pero a lo que voy es que me hubiera gustado haber podido disfrutar más de momentos como llegar a casa y abrazar a mi hija o tener a mi compañera.

Al final nos hemos relacionado de otra manera, pero también ha estado muy bien. Y después, si he renunciado a cosas, tampoco han sido tantas, si no me acordaría. En la vida he hecho más o menos lo que he querido y estoy muy contento de que haya sido así. He tenido una vida muy chula y creo que he hecho lo que debía hacer. A lo mejor podría haber tenido un vida lujosa. Podría vivir en Miami y cantar canciones muy bajitas como las que se cantan por ahí, pero a mí eso no me interesa. No me haría feliz.

P: Bueno, has vivido en Berlín, no te puedes quejar…

R: Efectivamente, comparar Berlín con Miami… Tú me dirás. Para qué voy a querer ir a Miami (risas).

P: Eres optimista por naturaleza. No lo puedes esconder.

R: No soy optimista. Soy positivo. Realista primero y después positivo. Intento sacar la parte positiva a las cosas. No me gusta que me digan que el mundo está mal. Es como ahora, que Trump dice que Estados Unidos necesita seguridad, que necesitan gastar millones de dólares en armamento para ganar guerras. Y realmente al final la gente termina por creerlo, porque el americano es muy ingenuo. Recuerdo que el otro día estando en Houston, entramos a una gasolinera y llegó un tipo con una Harley y una pistola en una cartuchera. Porque resulta que en Texas se puede llevar armas, y si las llevas hay que hacerlo a la vista. Creo que la actitud ante los miedos es pelear de forma positiva. El pesimismo al final lleva a retirarte. Y no, no nos podemos retirar de esta manera.

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