El tacto rectal es la mejor manera de conseguir un diagnóstico precoz del cáncer de próstata, el más frecuente entre los hombres.
Si se detecta en una fase temprana, el índice de supervivencia es casi del 100%.
Para ello es de vital importancia someterse a revisiones anuales a partir de los 40 años y perder el miedo al tacto rectal, la prueba más utilizada por los urólogos para conseguir una detección precoz del cáncer.
Los expertos recomiendan que a partir de los 40 años todos los hombres acudan a su urólogo una vez al año para una revisión. Son en esos chequeos en donde, además de mantener a raya la hiperplasia benigna de próstata, se puede lograr una diagnóstico precoz del cáncer de próstata: el más frecuente en hombres.
Lamentablemente, a pesar de iniciativas tan visibles como Movember (movimiento que busca una mayor visibilización de los afectados por cáncer de próstata así como sensibilizar sobre la importancia de los reconocimientos médicos periódicos como medida eficaz para conseguir un diagnóstico precoz) somos tremendamente reacios a acudir al urólogo e incapaces de hablar – no digamos ya someternos a uno – del tacto rectal.
Diagnóstico precoz del cáncer de próstata
La importancia de diagnosticar una enfermedad en estado incipiente es más que obvia pero en el caso del cáncer de próstata lo es aún más. Mientras que un 65% de los afectados superan los 5 años de vida tras el diagnóstico cuando se detecta en un estado avanzado, cuando el cáncer está localizado, es decir, cuando todavía está limitado a la próstata, el índice de supervivencia casi alcanza el 100%.
Este aspecto no evita que anualmente fallezcan más de 6.000 hombres en España por cáncer de próstata, cantidad que representa el 9% de todas las muertes causadas por el cáncer. Dicho de otro modo, y exagerando un poco, visitar al urólogo una vez al año podría salvar la vida de más de 6.000 personas.
Tacto rectal | Por qué le tenemos tanto miedo
Una de las razones por las que somos reacios a visitar al urólogo es por el pavor que nos causa el tacto rectal, una prueba que se realiza mediante la inserción de un dedo en el ano del paciente para palpar la próstata.
Este miedo sorprende todavía más cuando observamos los resultados de una encuesta que realizó una marca sueca de juguetes sexuales, LELO, que muestra que el 71% de los hombres heterosexuales encuestados han probado – o estarían dispuestos a hacerlo – un masaje de próstata que, por si hay algún despistado en la sala, se realiza siguiendo el mismo mecanismo que el tacto rectal.
En caso de que alguien todavía esté dudando, ahí van más datos. Los masajes de próstata pueden corregir la disfunción eréctil, reducir el dolor motivado por el crecimiento de la próstata, limpiar toxinas del sistema reproductivo y proteger el esperma para aquellos que están intentando concebir. Es más, muchos testimonios hablan de erecciones más duraderas.
Y esto no acaba aquí; en ‘La guía definitiva para el placer prostático: exploración erótica para los hombres y sus parejas‘ de Charlie Glickman se recogen testimonios de hombres que sostienen que «un masaje prostático es una especie de orgasmo pequeño pero con una duración mucho mayor». En la misma línea, los encuestados por el citado estudio de LELO afirman que «el tamaño y la intensidad de un orgasmo puede llegar a ser hasta un 33% mayor» si éste llega a través de un masaje prostático.
El tacto rectal cómo forma de prevención del cáncer de próstata
Lógicamente no es lo mismo un examen realizado por un médico que una práctica sexual pero si, como hemos visto, el tacto rectal es la prueba más eficaz para detectar el cáncer de próstata y su variante sexual una fuente de placer, ¿por qué seguimos siendo reacios a los tan necesarios chequeos anuales a partir de los 40 años?
¿Por qué las mujeres han conseguido derribar el muro y hablar abiertamente del cáncer de mama y los hombres ocultan cuando padecen uno de próstata? La lista de famosas que han abanderado la lucha contra el cáncer de mama tras sufrir la enfermedad es ingente pero cuesta un poco más encontrar a famosos que hayan sufrido un cáncer de próstata y hayan ofrecido su testimonio al público. Robert de Niro, Roger Moore, Colin Powell o Ian McKellen son solo algunos de ellos pero prácticamente ninguno ha hablado de su experiencia. Más bien nos hemos enterado por breves notas de prensa.
Por tabú o por falta de costumbre, lo cierto es para que los adelantos que ha conseguido la investigación para el tratamiento de esta enfermedad funcionen, es necesario detectar el cáncer en una fase temprana, cuando todavía está localizado en la próstata, y para eso la única opción posible es visitar al urólogo y someterse a un tacto rectal.